Pasado imaginario – Un poema de Ana V. Lof

Pasado imaginario – Un poema de Ana V. Lof

Pasado imaginario

 

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21 de mayo.
La parte de mí que escribe, y relata, se delata
está como una cabra.
No quiere una vida de acción, menos aún esa vida contemplativa
Quiero escribir con la mente
llegar a casa y garabatear todo mal mis muchos peores poemas del
qué más da.
Deseo sentir conceptos
revolotear sin apuro
cada vez menos persona y más animal, por la senda inversa
del coronel
más perversa al menos aviesa

La parte de mí que escribe
no reposa ni siente
es imperativa,
dícese inocente

Elucubra teorías, revierte
infames, estudia asuntos
inconclusos

Lleva una vida confusa, es mi parte más odiada no recuerdo las demás
Echo de menos la locura.
eludir verbos tocar cuerpos, salir de la cocina entrar por la ventana
eso si eran buenos tiempos
creo
siempre queda la duda, la locura mejorada, imaginada
Quedar tendida, sinsentido, llorar sin fe sin sonido
deshojar aristas, recrear malentendidos.

Si él entendiese, desaparecería
cuantas veces nunca estás
esas cosas que uno ama y no querías mostrar.

Si siempre escribes tan mal, déjalo ya tortuga, voltea
yérguete, panza arriba bebe,
siente el calor del sol
desliza su himen hinchado sobre el vientre del hombre pedregoso
que escudriña pasos, hiere en los tobillos
te llama caracol, marea.

Sueñas historias infames, ves mujeres que jamás pudiste amar y desearon dañarte
creíste olvidar y regresan, esos sueños ¿serán generosidad?

Lo dicen, pequeño lumpen, deberías examinarte
recorrer las puntas del cabello quebrado con saliva
y lamer.
Llevarte mojado el pelo a la boca, replegada escupir un tímido ‘ya te tengo’.

Si pudieses lo harías, suerte que
nunca alcanza el tiempo.

Había que hacerlo bien así que, no hiciste nada
de la nada una montaña, de la montaña
un oso, del sol unas canciones
del sonido un río, en ese río nos ahogamos.

Había que cuidarlo mucho
no supiste bien porqué pues lo regaste con palabras
también se ahogó (tenemos una pila de muertos)
del amado al mundo, del mundo un vagabundo
nos regalan margaritas.
soy alérgica si quiero.

Son ellos, los peores poemas del mundo.
inacabados y rosa.

 

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Estelle Sternwood

 

 

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