Otras voces, otros ámbitos [Los poetas leen a los poetas] – Gemma Córdoba lee un poema de Juan Andrés Pastor Almendros

Otras voces, otros ámbitos [Los poetas leen a los poetas] – Gemma Córdoba lee un poema de Juan Andrés Pastor Almendros

Otras voces, otros ámbitos [Los poetas leen a los poetas] – Gemma Córdoba lee un poema de Juan Andrés Pastor Almendros

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Gemma Córdoba lee un poema de Juan Andrés Pastor Almendros

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Madre

Todos los sueños se conjuran en un tiempo futuro,
yo también he soñado desde niño, cuando la noche
solo era un silencio a la espera de la voz de mi madre,
aquella a quien dejé despierta asomada al mar del miedo
y de la ausencia.

Entre ella y yo, solo queda la paciencia, extendida sobre la arena
del tacto y del silencio, igual que la caricia del recuerdo, 
igual que la abierta cicatriz de una esperanza que no nos reconoce.

Pero todo es futuro.

Antes del mar yo supe de las uvas, del trigo, de las nubes,
de los llanos paisajes de la ira, 
aquellos que saben que la permanencia 
solo obliga a defendernos de la vida y de la muerte, 
en un eterno recorrido circular, apenas sin misterio,
sin dioses, sin destino, como siempre hemos hecho.

Todos los sueños se conjuran en un tiempo futuro, 
donde la uva es vino, el trigo pan, lluvia las nubes
y el paisaje la paz de la alborada llana.

Sólo mi madre es un verbo de carne amasando el pasado, con los ojos del tiempo detenidos, 
fijando el horizonte como un mañana ciego, arrepentido.

Siempre ha defendido la alegría, como cuando tuvimos miedo, o lo perdimos.
Cuando fuimos noticia o dejamos de serlo, sin siquiera saberlo el primer mundo 
el que se desentiende y sólo mira al norte, al frío de la brújula del siempre, que no es nada.

Luego, cuando el agua pasó, y en esta orilla nada volvió a ser cierto, 
aprendí los prefijos, supe que las palabras
no alcanzan para sernos,
y que es el mismo sol, la misma luz, pero es otra la prisa, diferentes miradas, 
una necesidad sin compañía, un olvido olvidado, 
otras las flores, otro juego en los niños y todo tan igual que me da pena.

En este frío silente, sin papeles, aún aprendí de las palabras que tanto repetimos.

Sé que refugiarse significa escapar hacia atrás, 
lo aprendí tarde.
Sé que recordar solo es volver al corazón.

Y para terminar ahora sé que el futuro tiene nombre de madre,
y la sigo soñando.

Madre, abre los ojos que quiero ver el mar.

[Poema de Juan Andrés Pastor Almendros presentado en el festival de Poesia Amb Motiu del Dia Mundial de Les Persones Refugiades – Soc Refugiat 15 – 19 Juny 2020 – PEN Català]

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Poema de Juan Andrés Pastor Almendros leído por Gemma Córdoba

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