La reja en la mirada

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Se me ha clavado la reja en la mirada, mas no viene sola, se acompaña de intenso azul y blanca caricia haciéndome prisionera del deseo. Por momentos creo que está fuera, por momentos siento que se halla dentro. ¿Acaso es real o sólo un sueño? Igual no existo ni veo, o no existe el férreo vertical que me impide rozar el cielo. Quizás es el anhelo, la frustración, el desengaño y el desvelo.

Comprendí al instante que aún no he asimilado el destierro. Como alma en pena avanzo cada día, cumpliendo obligaciones a las órdenes de un Cronos desordenado que me grita al oído la cuenta atrás perdida… Sonrisa azul. Tengo miedo a despertar.

Temo vivir insensible a lo ocurrido, reteniendo las lágrimas de la impotencia a fin de respirar como el bambú; quizás por eso se derramen ante cualquier emotivo pestañeo. Tengo miedo a sentir toda la tristeza fundida en un único instante, abriría un abismo en mi alma, pero me asusta aún más pensar que para mantenerme en pie quizás viva por instantes anestesiada.

Creo que eso explica la reja en la mirada, la fragilidad del hierro en la combustión del desaliento, la vulnerabilidad disfrazada. La certeza de que la ausencia de libertad no está en el espacio sino en las entrañas. Despertaré y quizás la reja se vaya, mas no sin dejar una esquirla que me tatúe el miedo en la mirada.

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Silvia Olivero Anarte