Miradas
Manjares de primavera
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Compuesta y sin novio…

Vestida de seda, impudorosa, sobre la vereda

tus capullos abres

tus pétalos cierras

Efluvios que embaucan toda la pradera y te ríes… Flor silvestre, provocando alegría, incitando deseos, libre y seductora… ¡Y te llaman «maleza»!

Entre campanadas

Carpelos de cera

y en coro de estambres

cautivando dejas tu semilla atada a quienes te besan

Colores que aclaman

Tonos que embelesan. ¿La belleza engaña?

La belleza llama, la belleza espera

Atrae, sensual, la mirada y embruja en la primavera

En la fiesta, poderosa, deslumbras

salvaje y hechicera

con opíparos manjares

… y brebajes, y orgías, y festines y bacanales…

Y mientras deleitas,

los campos fecundas con germen de oro

a libidinosas presas

Esa hermosura sencilla, oportuna en la llegada, en el campo perseguida por el diente, en el jardín envidiada, que escapa orgullosa al herbicida y desafía a la rosa cultivada…

esa belleza salvaje, ésa, es mi preferida.
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Texto y fotografías de Ana María Vacas Rodríguez