Tres poemas de Ester Morales García, acompañados de una pintura de Rafael Guardiola Iranzo

Tres poemas
Los rectángulos áureos
Esta es la historia
de la extinción del tiempo.
Lo atrapaba,
mustio y apagado,
solo a veces,
y se deshelaba
por mi cálida capa córnea.
Malditos seres humanos,
atajo de verdugos,
lloran por el tiempo ya muerto,
mas en vida bailaban
al ritmo del goteo de las horas
rompiendo en el fondo de la tortura.
Fue nuestra mano
libre de duelo
la que arrojó los relojes
al abismo infinito,
mientras enjugábamos lágrimas
y echamos la culpa a otros
de lo efímero de esta asquerosa vida.
Universal
Soy un pájaro
vuelo alto y no os veo,
pequeñas criaturas,
más insignificantes que yo si cabe.
Mis ojos anquilosados gritan,
y cuando el ego llega al umbral,
me enfundo mis pieles de gala,
me transformo en orgullo
y salto a espiar.
Mírame,
estoy a tu lado
solo un instante infinito y efímero,
y se acaba.
Cae la capa
me vuelvo frío inefable,
y mis pensamientos
inescrutables,
inmarcesibles,
me rompen en pedazos.
Desde tan arriba no entiendo.
Ah,
me olvidaba:
soy un pájaro,
y vuelo alto.
Los días giran
y me pudro
hasta que despierto
y consigo bajar de nuevo.
Diarios
Hay días que dictan sentencia
y hoy soy pequeña
y no es condicional.
Desde tan abajo no distingo
esos monstruos vanidosos
que llamamos humanos.
De humanidad, ¿sabes?
Y eso sí que es condicional.
Hoy solo sigo a los grandes,
inmensos y eternos.
Como Sándor Márai ,
que en sus Diarios
grita a los hipócritas:
“La mala intención de la gente
parece más tranquilizadora que aterradora:
es bueno saber esa verdad inconmovible
de que el hombre es capaz de todo tipo de maldades.
En eso no hay sorpresas”.
Y no las hay.
Ester Morales García
……..

Rafael Guardiola Iranzo – Desde arriba