Aforismos
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Uno de los temas de todos los tiempos que ha mantenido en vilo a los hombres es de poder establecer la distinción entre la delgada línea que separa el sueño de la vigilia, la realidad de la fantasía. Reflexiones filosóficas y literarias fueron creadas a partir de este interrogante, que aún es pensado, o mejor, nos sigue pensando.
Compartimos con ustedes algunas piezas literarias, fragmentos, que nos refrescan la incerteza de si alguna vez despertaremos o si finalmente podremos descansar sobre la tierra fértil luego de 6 días creando (Génesis 2:21)
“Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío” (Génesis 2:21)

Salvador Dalì – Segismundo encadenado [1962]
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¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
[La vida es sueño]
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Saint-John Perse – Lluvias [Versión de José Lezama Lima]
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¿Qué visitáis tan lejos,
que es necesario que soñemos y en soñar
perdamos la vida y aun soñemos?
Saint-John Perse – Lluvias, IV [Versión libre de José Lezama Lima]
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“Auch die Himmlischen, sie, die Kräfte der Höhe, die
stillen,
Die den heiteren Tag und süßen Schlummer und Ahnung
Fernher bringen über das Haupt der fühlenden Menschen
Aus der Fülle del Macht, auch sie, die alten Gespielen,
Wohnen, wie einst, mit dir…”
Friedrich Hölderlin – Der Archipelagus
“También ellas, las celestes, las potestades de la altura, las silenciosas,
Que traen desde lejos, de la plenitud de la fuerza, el día sereno
Y el dulce sueño sobre la cabeza de los hombres sensibles;
También ellos, los antiguos compañeros de juego,
Viven, como entonces, contigo; …”
Friedrich Hölderlin – El Archipiélago
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“No apenas el fervor y el despliegue de estas fuerzas,
Los caminos y los prados del crepúsculo;
No apenas la claridad que respira tras la tormenta;
No apenas la inminencia del presentimiento y el sueño
En la tarde, sino las noches… ¡ las altas noches de estío!
Las estrellas, las estrellas de la tierra, ¿cómo olvidarlas?
¡Oh, estar muerto un día y reconocerlas infinitas!
Rainer Maria Rilke – Elegías de Duino, Séptima Elegía
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María Eugenia Piñero