Cuatro novelas de Javier Tazón Ruescas: una tetralogía acerca de un gran cartógrafo y marino español: Juan de la Cosa – Fuensanta Niñirola

Cuatro novelas de Javier Tazón Ruescas: una tetralogía acerca de un gran cartógrafo y marino español: Juan de la Cosa – Fuensanta Niñirola

Cuatro novelas de Javier Tazón Ruescas: una tetralogía acerca de un gran cartógrafo y marino español: Juan de la Cosa

 

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Javier Tazón Ruescas

 

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Javier Tazón Ruescas (Santander, 1953) es abogado y escritor, muy interesado en el mundo de la gastronomía, sobre el que versa su primer libro. Después ha llevado su atención a la historia, a los personajes que salieron de Cantabria, lo que le ha llevado a la vida de Juan de la Cosa, sobre el que ha ido publicando una serie de cuatro novelas en las que desde distintos enfoques dirige su mirada hacia la figura de ese gran personaje que fue Juan de la Cosa, y que, como es habitual en España, ha sido casi desconocido, salvo por los marinos y los visitantes del Museo Naval, donde figura su famoso mapamundi, el primero conservado en el que aparece el continente americano, en 1500.

Las cuatro novelas que componen este conjunto son, por orden de publicación: El cartógrafo de la Reina: Memorias de Juan de la Cosa, Las rutas del Norte: Primeros viajes de Juan de la Cosa, El mapa perdido y La estela del cartógrafo: Juan de la Cosa.

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El cartógrafo de la Reina: Memorias de Juan de la Cosa [1]

 

 

 

Novela de aventuras, intrigas y viajes ambientados en los años finales del siglo XV y comienzos del XVI, en ella se narran los sucesos que rodearon el primer viaje de Colón, y lo hace de modo poco convencional, es decir, discrepando de otras versiones más al uso y sugiriendo explicaciones diversas de las habituales sobre un tema tan controvertido como resulta el descubrimiento de América.

El libro tiene como excusa las memorias redactadas por Juan de la Cosa, con el final narrado por su escribano López de Haro. Las dos primeras partes de la narración, tratan de los prolegómenos, las intrigas político religiosas, los movimientos tanto de Colón como de Juan de la Cosa, los Pinzón, y los partidarios de unos y otros, hasta llegar a las capitulaciones de Santa Fe. La tercera narra el viaje y tornaviaje de Colón y las tres carabelas de pintorescos nombres. Como apéndice final es López de Haro el que nos cuenta los últimos días de Juan de la Cosa, muerto en la expedición de Ojeda.

Muchos son los personajes que circulan por esta narración, puesto que la acción alterna entre la red de intrigas tendida en torno a Juan de la Cosa y a Colón. El Almirante es mostrado como extravagante e intrigante, más político que marino ―lo cual tampoco es exagerado― un personaje misterioso poseído de aires de grandeza e ideas fijas a conseguir como sea. De orígenes inciertos, el autor le atribuye una bastarda ascendencia papal e incluso lejanamente hebrea, y unas relaciones más cercanas al católico Fernando de Aragón (y sus asesores genoveses) que a la católica Isabel de Castilla, situando a Juan de la Cosa y a los Pinzón como paladines de la Reina en lugar de Colón, al que debían llevar atado en corto, y vigilado estrechamente durante el viaje.

Las intrigas de la Inquisición, las diversas órdenes religiosas (franciscanos versus dominicos), el problema de los judíos, los diversos mapas y rutas existentes reales e imaginarios, junto a las múltiples teorías para cruzar el océano, todo ello es narrado y relacionado con Juan de la Cosa, que ejerce de pivote de todo el conjunto, pero sin darle una mayor relevancia ni importancia que a muchos otros de los que entran y salen de la historia, tanto imaginarios como reales: Marigalante, Fernán de Castro, Pere Furnet, el conde Ladrón de Guevara, el inquisidor Alonso de Ojeda, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Papa Inocencio VIII, el Duque de Medinaceli, Juan de Granada, Martín Alonso Pinzón, etc.

Además del viaje por mar, con todos los detalles que adoban ese tipo de narración y que colaboran a darle el toque exótico y legendario.

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Las rutas del Norte: Primeros viajes de Juan de la Cosa [2]

 

 

Esta obra es una variada combinación de aventuras marineras, historia, geografía, y biografía, mezclando ficción con realidad como en una marmita diversos ingredientes. En la vida de Juan de la Cosa hay etapas más bien oscuras, como son los años de infancia y juventud, adiestramiento y primeros viajes. Nada más atractivo para maginar esos años, que son el tema de la presente novela.

Proveniente de familia de navegantes y constructores de barcos, De la Cosa no sólo fue cartógrafo, sino que aunó esa facultad suya para el dibujo con la llamada del mar. Este santoñés universal salta a la historia al acompañar a Colón y a Ojeda en sus viajes trasatlánticos. Pero antes de esos viajes, (narrados en la anterior novela) realizó otros, acompañando a los balleneros cántabros por las rutas gélidas y oscuras del gran Norte. Javier Tazón imagina y describe esos periplos, la educación del joven Juan, el escenario donde vive sus primeros años y la familia que lo rodea y acoge, así como las familias enemistadas con la suya ―las luchas de poder―y los problemas que derivan de esas rivalidades. Aprovecha en esta narración el autor, para explayarse sobre un tema que quizás sea poco conocido para los que no vivan en la cornisa cantábrica.

Los navegantes cántabros y vizcaínos, así como los gallegos, han sido los que tradicionalmente han recorrido las rutas del Norte: Irlanda, Islandia, Terranova…en busca de bacalao y de ballenas, principalmente. Y el comercio con todas esas tierras nórdicas. Pues bien, de todos esos viajes, las leyendas y la realidad, lo imaginado y lo vivido, es de lo que nos habla el autor, poniéndolo en boca del propio Juan de la Cosa.

Muestra el narrador sus amigos de infancia y primera juventud, al inseparable Fernán de Castro; los primeros amores, el origen del nombre Marigalante, que será el del barco que le llevará con Colón a las Américas años después, aunque rebautizado como Santa María, para evitar connotaciones peligrosas. Sus primeros tutores, la enseñanza que recibió del fraile Pere Furnet, fraile de origen judío balear y vida borrascosa, que además de franciscano será confidente y espía a las órdenes de Isabel la Católica. Los marinos que le acompañan en los primeros tanteos en la mar: Chachu de Lequeitio, Bocanegra, Salvador Cachupín, (pariente de su esposa, Juana del Corral) Ojobreca, Pintalacola, etc. Nombres y sobrenombres curiosos y llamativos, de personajes que le siguen y participan de sus aventuras en los mares del Norte. La navegación hacia Terranova, la caza de las ballenas, la descripción de los geiseres de Islandia, de los iglúes esquimales, de los acantilados de las tierras del otro lado del Mar Tenebroso…Y por otro lado, las intrigas políticas, con el fondo de la lucha por el poder entre los Trastámara, y a menor nivel, la lucha de las grandes familias norteñas entre sí; todo ello constituye parte de esta novela, lo que la hace atractiva y muy entretenida, casi lectura juvenil, muy directa, sin complicaciones, sin engorrosas digresiones demasiado técnicas, aventuras y acción ante todo, pero con un marco histórico real y con personajes reales, a los que Tazón da vida y movimiento.

La tradicional pesca de altura cántabra formó a muchos navegantes, y originó muchas rutas que Juan de la Cosa plasmó en líneas y dibujos sobre pergamino, concentrando todos sus conocimientos en una imagen –bellísima, por cierto, a nuestra disposición en el Museo Naval de Madrid― del mundo conocido: el mapamundi  de Juan de la Cosa.

 

Carta de Juan de la Cosa – 1500 [Museo Naval, Madrid] – Fuente: museonavaldelanacion.wordpress.com

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El mapa perdido [3]

 

 

Tercera parte de una trilogía sobre la vida y aventuras del santoñés Juan de la Cosa, el libro consta de varias partes muy diferenciadas en cuanto a forma y contenido, si bien la base de las narraciones siguen siendo las aventuras del cartógrafo santoñés. Casi la mitad del texto lo compone una narración a dos bandas: por una parte, el informe de Lope de Haro, secretario y escribano de Juan de la Cosa, crónica de la expedición que, desde la recién fundada Isabela, llegará a Tierra Firme y el mapa que De la Cosa realizará de las tierras descubiertas. Por otra, una envejecida reina Isabel, en una breve estancia en Laredo, durante la larga noche que le dedica a la lectura de tal informe, así como su entrevista con el cartógrafo, su esposa Juana y el escribiente Lope de Haro. Entrevista en la que enfatiza su confianza con el dibujante y le encarga la confección del mapamundi y otras tareas.

La otra mitad del libro está compuesta por varias secciones de Cartas en las que se cuenta la vida de Lope de Haro, entrado en religión pero manteniendo sus tareas como escribiente. Las cartas se combinan con dos partes más en las que Lope de Haro cuenta las andanzas portuguesas de Juan de la Cosa y sus relaciones con Amérigo Vespuccio, así como el viaje de Maese Juan, por primera y única vez, como capitán general de una expedición a Tierra Firme, expedición que le es relatada a Lope de Haro por otro monje que sí participó.

En general, el autor mantiene sus puntos de vista iniciales sobre los personajes que vivieron y protagonizaron el descubrimiento y conquista de América. Es decir, resumidos por el propio autor: “Pinzón sabía ir, Juan de la Cosa volver, y Colón aprovechar el trabajo de todos”. La familia Colón es presentada en toda la trilogía como una especie de clan dirigido por un navegante visionario con más dosis de visionario que de navegante, y todos con muy poca fortuna como administradores y políticos, demasiado obsesionados por encontrar oro. Ciertamente entre los muchos aventureros españoles que se lanzaron al mar en busca de nuevos mundos, una gran parte estaba compuesta por hidalgos sin patrimonio pero con mucho honor, que buscaban gloria y oro (y no necesariamente por este orden). Posteriormente fueron llegando gentes con ánimo colonizador, tratando de huir de las hambrunas y miserias del viejo continente, esperanzados en que allende los mares podrían rehacer sus vidas, comer a diario y conseguir un cierto pecunio. Ni unos ni otros contaban con el clima, las enfermedades, los distintos alimentos, …y la actitud de los indios, que si en algunos lugares se mostró pacífica y hospitalaria, en otros fue francamente agresiva y hambrienta, en el caso de los caníbales.

Es destacable el esfuerzo realizado por Javier Tazón (a diferencia con los otros dos libros anteriores) en el uso del lenguaje, que está muy cuidado, dándole un tono de castellano antiguo, sin serlo, pero usando palabras que nuestro idioma afortunadamente aún conserva y da gozo leerlas, sobre todo en estos tiempos en que lo que prima es el taquigráfico y onomatopéyico lenguaje de los teléfonos móviles, que se está extendiendo peligrosamente a las redes sociales e internet.
Incluye el libro un apéndice con una cronología biográfica de Juan de la Cosa, unos comentarios sobre la historia y la ficción de los hechos que se rememoran y novelan en esta obra, y finalmente un listado de personajes, diferenciando los históricos de los ficticios. Todo ello acompañado de varios mapas muy sencillos (quizá excesivamente sencillos). Quizá la parte negativa del libro, de la cual no es responsable el autor del texto, radica en una cubierta y portada poco afortunadas por muy confusas, dada la amalgama de imágenes que se ha querido conjuntar.

En suma, una obra interesante, bien escrita y muy amena.

 

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La estela del cartógrafo: Juan de la Cosa [4]

 

 

Si bien las dos primeras novelas de esta serie están escritas de modo lineal y en la tercera ya inicia una cierta fragmentación en los textos, en la presente observamos una estructura a base de piezas engarzadas en torno a esta figura, con el eje de un imaginario narrador o más bien, un apostillante narrador: se trata de François Fournier, supuesto secretario (y posible amante) del investigador, viajero y erudito Alexander von Humboldt.

La narración comienza, pues, en la segunda mitad del siglo XIX, recién fallecido Humboldt y el repartida su biblioteca. Fourier recibe una serie de documentos que conformarían las Memorias de Juan de la Cosa, y la transcripción de estos, con sus comentarios al margen, constituye el corpus del libro. Los comentarios y explicaciones de Fournier sirven de nexo de unión entre unos y otros textos, que a veces provienen de documentos oficiales, actas inquisitoriales, narraciones de terceros, y textos del propio Juan de la Cosa -mediante la pluma de su fiel secretario López de Haro-, aunque el compilador advierte en algún caso que pueden ser apócrifas.

Así, se introducen informaciones, anécdotas, personajes que de modo tangencial se relacionan con el cartógrafo santoñés. Primero se narran las aventuras y desventuras y de éste por el golfo de Guinea, hacia 1476, son el comienzo de los relatos del cartógrafo supuestamente traducidos y comentados por Fournier. Asimismo cuenta más adelante sus investigaciones en Portugal y cómo estuvo a punto de ser detenido y aprisionado allí.

Desfilan personajes diversos, compañeros de juventud y aventuras: Chachu de Lequeitio, Diego Bocanegra, Fernán De Castro, Tigre, Antonio Güemes, Salvareo, los hermanos de Jado: el Cigüeño, y el Moracico, etc. y muchos más.

Las cartas reproducidas no tienen desperdicio: es muy interesante la misiva de Raimundo Lulio dirigida en 1315 al Papa, hablándole de las investigaciones y navegaciones de los musulmanes hacia Occidente y del famoso mapa de Al-Idrisi. Otra de Maese Pintalacola -espía de la familia en los bajos fondos sevillanos y lisboetas- informa al cartógrafo de la llegada de los hermanos genoveses Pitaluga (luego Colón) a Portugal y sus dudosos orígenes, manipulaciones y movimientos. Otra más, de Felipa de Perestrello (suegra de Colón), cuenta más sabrosos detalles. También es muy interesante la que fray Juan Pérez (guardián de La Rábida) envía a la Reina Isabel en defensa de Juan de la Cosa y Fernán de Castro por la persecución que les somete Ladrón de Guevara por medio de Alonso de Ojeda (el inquisidor, tío del aventurero homónimo), seguida del acta inquisitorial de Torquemada.

Una vuelta atrás en el tiempo (1470) relata anécdotas del viaje del joven cartógrafo en los mares del Norte y su relación con Thomas Craft y John Lloyd, así como Joanotto Cabotto/John Cabot y el maquiavélico espía John Day. Las aventuras vividas por Craft y Lloyd, así como la narración que hacen del viaje de Alonso Sánchez de Huelva hacia Occidente, conforman otro interesante capítulo. Y la mano del autor también deja su huella en el tono humorístico de algunos pasajes, como el que hace referencia a su admirado Cunqueiro en el pasaje de Fanto y la fuga de Jimena de Guevara.

Finalizando con una carta que López de Haro envía en 1543 al emperador Carlos adjuntando una copia del conjunto de textos de su señor De la Cosa, ya fallecido, así como un texto sobre el papel de la sidra como potente antiescorbútico.

Javier Tazón tiene buen cuidado de marcar las diferencias en el lenguaje usado por Fournier, que mira los hechos del siglo XV desde la óptica de un hombre del XIX. También existen marcadas diferencias de estilo según el texto sea relato, carta, documento oficial, etc.

Como en los libros anteriores de esta tetralogía, el autor afirma que no fue Colón ni el primero ni el único en descubrir América, sino el primero en dar cuenta de ello y organizar su poblamiento, que a partir de él se vino a llamar «colonización». Tanto por el norte como por el sur, marinos escandinavos, anglosajones, portugueses y africanos, además de algún otro español, todos vislumbraron o incluso llegaron a pisar tierra hacia Occidente, siguiendo rutas de pesca o simplemente por azares del destino, las mareas y los vientos.

En los distintos textos aportados se cuenta de algunos marinos protagonistas de legendarias hazañas hacia Occidente, hazañas cuyos testimonios llegan a Juan de la Cosa o a sus allegados, y que él transmite en estos textos. Por otra parte, el autor trata de ahondar en el oscuro origen de Colón, y cuenta una complicada historia sobre los Colonna, los Pitaluga, cómo llegó este personaje a Portugal, con una mano delante y otra detrás, y cómo supo construirse una historia y salir adelante hasta conseguir el favor de la Reina Isabel. Colón aparece, pues, como un visionario monomaníaco, con una idea fija: llegar a Cipango (Japón) y a las Indias por un camino más corto, para adelantarse a los portugueses y que el oro y las enormes riquezas allí acumuladas fueran para España (y para su bolsa). Efectivamente, la figura de Colón se ha mitificado, magnificándola, cuando en realidad hubieron otras figuras importantes en lo que llamamos el Descubrimiento, figuras que han quedado en segundo plano, oscurecidas por la larga sombra del Almirante.

De un modo u otro, el autor quiere sacar a la luz no solo a muchos aventureros y marinos compañeros y coetáneos de Colón y de Juan de la Cosa, que es su figura estrella, sino que quiere mostrarnos costumbres, acontecimientos colaterales, visiones de la economía y la sociedad de la época y todo, impregnado de un tono que no puede ocultar cierta socarronería, cierto humor, a veces desternillante, como en el Epílogo, donde el autor se despacha a gusto con una imaginaria charla con un fantasma.

La estructura que ha elegido para esta obra Javier Tazón, es una especie de mezcla de relatos, testimonios, cartas, etc., que pone en práctica una idea propugnada por Tazón como alternativa a la novela histórica tradicional, más lineal y a veces excesivamente didáctica. Idea que ha elegido como bandera de lo que denomina Nueva Novela Histórica, en cuyo manifiesto el autor afirma «Abrid las ventanas de vuestra imaginación a la Historia, que pasee por las grandes avenidas mentales, y no os apuréis sobre el cómo fue, contad lo que pudo haber sido y, si es necesario, descoyuntadla, fragmentadla, disolvedla en el presente. No hay pasado, sólo presente. No hay novela histórica, sólo novela».

 

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Fuensanta Niñirola

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Notas

1. Javier Tazón Ruescas. El cartógrafo de la reina: Memorias de Juan de la Cosa. Prólogo de Francisco Cuena Boy. Editorial Kattigara, Santander, 2010. ISBN: 978-84-613858-9-8.

2. Javier Tazón Ruescas. Las rutas del norte. Primeros viajes de Juan de la Cosa. Editorial Kattigara, Santander, 2011. ISBN: 978-84-938563-4-2.

3.  Javier Tazón Ruescas. El mapa perdido. Ilustraciones de José Alberto Martínez Beivide y Pedro Sarabia Pellón. Editorial Kattigara, Santander, 2014. ISBN: 978-84-941719-2-5.

4. Javier Tazón Ruescas. La estela del cartógrafo: Juan de la Cosa. Editorial Librucos, Torrelavega [Cantabria], 2017. ISBN: 978-84-946408-6-5.