Joseph «Joe» Chrzanowski, «in memoriam» – IX – Escritos en homenaje – IV – Alfonso González & Eduardo Miranda – [Ilustración de Ana María Vacas Rodríguez]
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Joseph «Joe» Chrzanowski, «in memoriam» – IX – Escritos en homenaje – IV – Alfonso González & Eduardo Miranda
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Tuve el gusto de conocer, compartir e intercambiar ideas con Joe Chrzanowski. José, Como le deciamos muchos de sus amigos. José fue un “sabelotodo” en el mejor sentido de la palabra. Dejó un legado importante de crítica literaria y en la Universidad siempre era buscado por los estudiantes para que les diera consejos. Por mi parte siempre tenía charlas agradables con él sobre literatura, España y finanzas. Además de crítico literario, genio en el Stock Market, y las finanzas, fue un gran mecánico. En una ocasión reconstruyó todo el motor de un Mercedes, sólo con la ayuda de un manual. Además, hicimos varias traducciones juntos y frecuentemente yo le consultaba sobre sitios históricos agradables en España. Parecía haber nacido con el don de gentes pues conversaba tranquilamente con gente que nunca antes había conocido de toda clase social. Siempre sobresalía en todo lo que intentaba. En el ETS (Educational Testing Service), una organización a nivel nacional, tuvo un puesto de director de la sección de literatura muy importante y en el Departamento de Español fue un Director muy querido por colegas y alumnos.
A pesar de haber sido un gran crítico de la literatura hispanoamericana, su corazón siempre estuvo en España. José pasó muchos años viviendo en España por largas temporadas. No descansó hasta encontrar a una española con la que se casó. Fue gran conocedor de la literatura hispanoamericana y de los sitios históricos españoles, así como también del sistema de Paradores españoles. En una palabra, fue un hispanista ejemplar. Lo echaremos de menos.
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Alfonso González. Profesor Emérito, Cal State, Los Angeles
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A José
Mi muy querido José, un grandísimo lingüista, nunca entendió la diferencia entre el castellano y el español. Y no lo hizo por ser un gran romántico. Le gustaba y utilizaba el español para su afición a la literatura y a Suramérica. Y le gustaba el castellano cuando venía a España y lo oía entre sus numerosos amigos poniendo verde a muchos escritores clásicos españoles. Sabía de literatura española, yo diría, que más que ninguno de nosotros, no así de golf donde podíamos ganarle.
Persona fiel, además de para todos sus familiares, siempre tuvo un recuerdo de afecto para Polonia, aunque no para el «John Travolta del Espíritu Santo» (Wojtyla), y llegó a comprender muchas cosas del enrevesado idioma polaco pues su gran oído musical le permitía tocar el piano (sólo un poco peor que el polaco Chopin) a la par que hablar y conocer la gramática española mejor que muchos (y me incluyo).
Yo no hablo inglés pero me hubiera gustado hacerlo sólo para oír a José en su idioma materno donde debía ser, como decimos aquí, todo un «figura»: divertido e ingenioso, las dos cosas en grado muy, muy.
Querido amigo, me guardo las palabras de despedida para que el cielo no cierre sus puertas.
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Eduardo Miranda