Espejismos y verdades en «Ritual del laberinto», de Julio Mas Alcaraz – Una reseña de Pedro García Cueto

Espejismos y verdades en Ritual del laberinto, de Julio Mas Alcaraz [Reseña]
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Espejismos y verdades en Ritual del laberinto, de Julio Mas Alcaraz
La editorial Bartleby ha publicado el poemario de Julio Mas Ritual del laberinto. Es una muy buena noticia porque el poeta, cineasta y traductor ha logrado en este libro una poesía bella, donde conviven dos miradas a dos tiempos, que parecen encontrarse en la luz del verso.
El anterior libro de Julio Mas, El niño que bebió agua de brújula, editado en Calambur en el 2012, ya era un fogonazo, un hallazgo en la poesía española. Respiraba en el libro una voz sincera, una mirada pulcra y cuidada hacia el mundo.
En Ritual del laberinto, Julio nos habla de Lorea y Lucía, nieta y abuela que se encuentran a través de los lugares donde la abuela, Lucía, vivió la barbarie de la guerra. Lorea es entonces demiurgo que abre así las ventanas a un tiempo recobrado, que se va llenando de espejismos y verdades.
En el apartado titulado “Lucía en el pueblo”, nos llegan poemas como este:
“Te busco en la oscuridad del cuarto y no te encuentro. / El hombre que saltaba a la comba con uniforme y / navegaba barcos de papel en los canalones de lluvia. / No pude despedirme de ti ni resguardar este amor y los / ojos cerrados que lo acompañaban en la zozobra. / Y pienso que serás orilla y cuenco”.
Hay en la poesía de Julio Mas imágenes que nos llegan como fogonazos de luz, parecen secuencias, de ahí ese universo cinematográfico que siempre vive en él. Son miradas que encuentran el peso de un tiempo, de un universo que ahora parece recobrado.
El encuentro de Lorea con Lucía se produce en un espacio donde ambas son una sola, son paisaje de luz. En el poema perteneciente al apartado “Lorea en el mar” nos llegan poemas como “Recuerdos”:
“En la playa, cavábamos la arena desde lados opuestos para / que nuestras manos se encontraran. / No sabía que éramos la belleza. No podíamos advertir / que las clavículas que se marcaban majestuosas en nuestro / pecho se arqueaban como alas”.
En este libro anida una voz que recoge muchas voces, un penar que vive en muchas mujeres, porque el pasado vuelve a través de la evocación. Pasado y presente se unen y buscan su nexo, su espacio de encuentro definitivo.
Ya el título Ritual del laberinto nos habla de esa forma de caminar a ciegas, como si en cada brazada del mar hubiese un hallazgo, un destello que nos uniese a la verdad de la vida. Convive también el espejismo, que es en definitiva el espacio que queda entre dos seres que ya no se encuentran en el mismo mundo, pero que se abrazan en la distancia de un mismo universo, el de los afectos.
El viaje de Lucía, como si hubiese estado exiliada, tras una guerra atroz, la devuelve de nuevo a los orígenes donde anida el dolor, como queda presente en “La muerte de una hija”:
“Me cuesta respirar sin encontrarte. Me cuesta seguir viva / cuando tú ya no lo estás, el calor de tu fiebre permanece / en las ropas y los corzos tiemblan ante el manantial”.
Respira el poema y todo el libro la ausencia, lo que no está, pero vive dentro, queda en el afecto y en la memoria. Y en “Las codas de Lorea” está el reencuentro, la presencia de la nieta como si se convirtiese en la abuela, es un estado de metamorfosis, seres que se aman, pero que no pueden abrazarse, cuerpos lejanos pero que se tocan en el espejismo del tiempo:
“Me siento en su mecedora y escucho / igual que si viviese / y todavía extendiera azafrán / sobre los campos de naranjas”.
Ha logrado Julio Mas un libro que te va meciendo con poemas que son ecos, con versos que son lamento, donde el amor está siempre presente. Parece decirnos el poeta que el amor vive siempre y la distancia no puede aniquilarlo ni todo lo que la vida te va dejando, el arsenal de dolor que se va tejiendo poco a poco en las vidas de las dos mujeres.
Julio Mas ha tejido un libro hermoso, hecho con versos de gran belleza, que parecen secuencias de una película que vive en nosotros, porque todos tenemos adheridos al cuerpo y al corazón seres idos, pero tan verdaderos, porque viven en nosotros siempre. El laberinto de este libro está hecho de belleza y de luz, un paso más en la trayectoria poética de Julio Mas.
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Pedro García Cueto
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Nota
Julio Mas Alcaraz. Ritual del laberinto. Epílogo de Jordi Doce. Bartleby Editores, Madrid, 2021. ISBN: 978-8412265095.
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