Heráclito y Demócrito eligen peluca. Los presocráticos en la música barroca – Una lección de filosofía musical – II – Cecilia Mercadal Molina

Heráclito y Demócrito eligen peluca. Los presocráticos en la música barroca – Una lección de filosofía musical – II – Cecilia Mercadal Molina

Heráclito y Demócrito eligen peluca. Los presocráticos en la música barroca – Una lección de filosofía musical – II

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Heráclito, el filósofo que llora & Demócrito, el filósofo que ríe

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La cantata escrita para dos voces y orquesta (soprano, barítono, dos violines obligados y bajo continuo), con música de J. B. Stuck, más conocido como Batistin, y texto de La Font, cuya primera edición data de 1714, es la que mejor ilustra desde el punto de vista retórico y expresivo la contraposición y caracterización de los dos personajes objeto de este estudio. Estrenada en la Ópera de París en noviembre de 1722, tras publicarse en una segunda edición en 1721 por Cristophe Ballard, la cantata se estructura en dos partes simétricas que alternan un recitativo y un aria asignados a cada filósofo, seguidos de un dúo al final de cada sección más un Air que sirve como colofón a la obra. A pesar de que la citada cantata se menciona en diversos artículos alusivos a la cantata francesa del XVIII y su relación con la cantata italiana (como en los artículos monográficos de David Tunley (10) acerca de este género, de M. Barthélémy “Les cantates de J.B. Stuck”, y de Don Fader, sobre “les Goûts-réunis” en la música vocal francesa de 1695 a 1710 (11), entre otros estudios que hacen referencia a este compositor de origen italiano como creador destacado del género), no existe un estudio analítico ni de exégesis retórica sobre esta pieza musical. Por ello se intentará realizar una aproximación de índole hermenéutica que ponga de relieve, de manera comparativa, el transfondo expresivo y retórico de dicha música.

El texto de La Font es ilustrado y glosado por la música de Stuck utilizando los recursos musicales propios del discurso retórico musical tan en boga en la época, cumpliendo la doble función de caracterizar los atributos de ambas figuras arquetípicas con su visión aparentemente antagónica y expresar las imágenes, ideas y enseñanzas morales contenidas y sugeridas por las palabras cantadas por ambos personajes. De esta manera se produce una auténtica simbiosis entre la finalidad y la forma del discurso poético y la del discurso musical. Así, la pretensión de conmover, de persuadir, de incitar al oyente y al lector a obrar en un determinado sentido, que es consustancial a todo planteamiento retórico, se ve amplificada por el poder y resolución de la música. El humano incauto no tiene más remedio que plegarse a la evidencia de sus necias pretensiones, de su vana ambición, de las pasiones absurdas que agitan y agitarán por siempre el alma. La gravedad sentenciosa de Heráclito (explicitada en el aria “Pleurez, pleurez mes tristes yeux”, donde la línea bel cantista de la soprano emerge y se eleva para derramarse en las lágrimas de onduladas secuencias descendentes de la melodía), se ve refutada por el jocoso discurso del bajo que encarna a Demócrito en el aria titulada “Sa raison n´est qu´un délire”, con la risa estentórea de quien contempla la estulticia humana desde la privilegiada y distanciada posición del sabio.

En el dúo final (“Dans la tempête, dans l´orage”) ambos personajes vienen a coincidir al fin cerrando el círculo dialéctico donde los contrarios se integran en una síntesis (¿conciliadora?) de las tesis mantenidas. Se trata de un movimiento fugado donde se establece un juego imitativo. Ninguna de las dos perspectivas vence, sino que son perfectamente complementarias tal y como sugiere el estilo concertato de la cantata y el contrapunto de voces que se persiguen y se imitan esbozando un eco continuo.

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Jean-Baptiste Stuck – Héraclite et Démocrite [Dúo: «Dans la tempête et dans l’orage» (Démocrite, Héraclite) – Cantata a I – II Voix et Basse-Continue avec Symphonies – Jennifer Smith & Les Musiciens du Louvre & Marc Minkowski & Thierry Felix – Archiv Produktion]

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Entre las obras instrumentales que guardan una relación directa con estos personajes de la antigüedad clásica, se encuentra la sonata homónima para violín y continuo, escrita por el violinista y compositor francés François Duval (1672-1728) que vivió en París y formó parte del grupo Les Vingt-quatre Violons du Roi en la corte real de Versalles. Se trata de uno de los representantes de la escuela francesa del violín del siglo XVII, y su música presenta influencias del estilo de Corelli. En 1704 estuvo al servicio del Duque de Orléans, por lo que es más que probable que tuviera contacto con J.B Stuck, también servidor del citado Duque, al que hizo destinatario de su Cantata. La sonata de Duval caracteriza a los dos filósofos intercalando movimientos de tempo lento y carácter solemne, grave y ceremonioso (en clara alusión a Heráclito), con movimientos rápidos, ágiles e impetuosos que simbolizan la risa agitada y la condición optimista y desenfadada de Demócrito. La sonata (es la IV de la colección titulada Amusement pour la chambre: sonate à violon seul avec la basse de su 6º Libro de piezas para violín, compuesto en 1718) (12), puede verse como una pequeña suite de danzas de estructura binaria (típica de esta forma), dividida en cuatro movimientos contrastantes, con influencias italianas pero muy del gusto francés, sobre todo en los movimientos lentos ornamentados y de carácter ampuloso y pathètique . El primero, titulado L´Héraclite contrasta con el siguiente, Le Démocrite, una danza en ritmo ternario con la indicación agógica très vite y que se desenvuelve con un carácter festivo y animado, a pesar de compartir la tonalidad menor de todos los movimientos que integran la pieza. La tercera es una Sarabande que vuelve al carácter y expresión patética y solemne del inicio. Finaliza con un movimiento en estilo fugado, una giga con un título que no es programático como los dos primeros, ni tiene nombre de danza como el tercero, sino que hace alusión a una indicación de carácter, Gay, es decir, alegre, que define a uno de los protagonistas. Cabe decir, finalmente, que en la sonata se da un perfecto equilibrio entre los instrumentos que la interpretan, siendo el cello co-protagonista junto al violín en la parte melódica (además de formar parte del bajo continuo junto al clave), por lo que podría verse como un diálogo y una rivalidad (estilo concertato) que concuerda perfectamente con el devenir dialógico de los dos sabios antagonistas.

En una época y un estilo radicalmente diverso, compuso Charles Valentin Alkan su breve pieza para piano con idéntico título, incluida en los 48 Esquisses o 48 Motifs op. 63, publicados en 1861 y que se dividen en cuatro libros o suites, de títulos e índole generalmente programática, como esta nº 39 dedicada a los dos presocráticos. (9) Estos esbozos como los llama su autor están organizados a la manera del Clave bien temperado con un recorrido cíclico por 24 tonalidades mayores y 24 menores. Se inscriben en la tradición propia de la música francesa de piezas de carácter o ideas musicales con alusiones extramusicales, como podemos encontrar en F. Couperin, Lully, Eric Satie, Claude Debussy, y tantos otros. En concreto esta breve pieza, Héraclite et Démocrite, esboza las figuras de ambos sabios, trazando de nuevo el radical contraste de carácter que recoge la leyenda. Para el grave y patético Heráclito escoge un tema arcaizante sobre la escala dórica formulada con un salto de 5ª ascendente desde la nota finalis al que sigue una escala descendente (que puede verse como una alusión a la teoría de los modos griegos organizados mediante tetracordos descendentes). Dicho motivo se repite en otros tonos diferentes.

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Charles-Valentine Alkan – Héraclite et Démocrite [Esquisses, Op. 63: No. 39 – Alicja Kot]

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Para ilustrar el carácter de Demócrito se decanta por un motivo caricaturesco con un diseño de acordes tríada repetidos de forma percusiva en los cuatro pulsos del compás, tocados cuatro veces más rápido (redonda igual a negra), cambio a tonalidad mayor y con la indicación de carácter Allegramente.

Tema de Démocrite. Id.

Por una parte, sorprende hallar un uso tan explícito de la retórica musical en una época tan alejada del Barroco y su empeño por destilar los afectos, pasiones y emociones para establecer una clasificación sistemática que permitiese al compositor contar con un amplio bagaje de recursos y herramientas expresivas para forjar un discurso claro y explícito que conmoviese al público. Y esto precisamente cuando ya habían triunfado los planteamientos formalistas que abogaban por la eliminación de los significados extra-musicales y la autonomía radical del discurso musical en la música pura. A pesar de que los experimentos del poema sinfónico y las sinfonías programáticas decimonónicas pueden considerarse legítimos intentos de implicar lo narrativo y literario en el discurso musical (siendo obras coetáneas a Alkan), sigue sorprendiendo el hecho de una carecterización naif, casi caricaturesca, como una especie de descripción literal, más que la mera sugerencia de contenidos y planteamiento compositivo de altos vuelos que podemos identificar con un poema sinfónico de Strauss o de Liszt.

En este sentido, Charles Rosen admite que “la obra se acomoda a nuestras expectativas sobre la gramática y la sintaxis musicales, y, a partir de ahí, somos capaces de dotarla de un significado, por una parte en virtud de la tradición (así la música lenta en tonalidad menor suele ser melancólica), y, por otra, hay que decirlo, en virtud del capricho, del libre uso de nuestra imaginación”. (14).

De esta manera, la verdad implícita en toda obra de arte es capaz de trascender el estrecho marco que le impone un formalismo simplificador que desdeñe la capacidad de la música para expresar y comunicar de manera clara y distinta no solo sentimientos y emociones (como da por supuesta la llamada teoría degli Affetti barroca), sino también ideas, conceptos y abstracciones, generando un discurso con una narrativa no muy lejana a la literaria, poética, o incluso al relato filosófico.

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Cecilia Mercadal Molina

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Notas

[10] Tunley, David. The Eightenth-Century French Cantata. London, 1974, 2/1997.

[11] Don Fader. Les Goûts-Réunis in French Vocal Music (1695-1710). Through the Lens of the Recueils d´airs sérieux et à boire . Révue de Musicologie, T. 96 Nº 2 (2010), pp. 321-363. Publicada por la Societé Française de Musicologie.

[12] Graham Sadler, ibid., p. 545.

[13] Alkan [Morhange], Charles Valentin., New Grove online 2001. Hugh McDonald. “But many of his pieces are no more than a dozen bars long. One of his favorite devices was the stark juxtaposition of quite different elements, the best exemple of which is Héraclite et Démocrite op. 63 nº 39”.

[14] Rosen, Charles. Las fronteras del significado. Tres charlas sobre música. Trad. Francisco López Martín. Ed. Acantilado. Barcelona, 2017. p. 18.

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Para seguir leyendo y, en el mejor de los casos, aprendiendo:

VVAA, Le rire des grecs. Anthropologie du rire en Grèce Ancienne. Ed. Jérôme Millon, Marie-Laurence Desclos (dir). Col. Horus. Grenoble, 2000. Cap. “Démocrite riait-il? de Nestor Luis Cordeiro.

Tunley, David, The Eighteenth-Century French Cantata. London, 1974, 2/1997.

Tunley, David. François Couperin and the perfection of Music. Ed. Aldershot. Ashgate, 2004.

Rosen, Charles. The Frontiers of Meaning: three informal lectures on Music. Farrar, Straus and Giroux, 1994.

López Cano, Rubén. Música y retórica en el Barroco. Amalgama Edicions, Barcelona, 2011.

Bernabé, Alberto. Fragmentos presocráticos. Abdera Ediciones, Madrid, 2019.

Denis Herlin, “Souvent dans le plus doux sort”: notes on a newly discovered autograph letter and drinking song by François Couperin. Early Music. Vol.41, nº 3, pp 393-401.

Charles Bouvet, “Trois airs de François Couperin le Grand. Sur des paroles profanes”. Societé Française de Musicologie. T. 1, nº 3, 1918, pp. 145-8.

M. Barthélémy, “Les cantates de J. B. Stuck”. Recherches sur la musique française classique, 2 .(1961-1962), pp 125-137.

Graham Sadler, “A philosophy lesson with François Couperin? Notes on a newly discovered canon. Early Music, vol. XXXII/4, November 2004, pp 541-7.

Michel Cabrini, “Upstaging the voice: diegetic sound and instrumental interventions in the French Baroque Cantata”. Early Music, vol 38 nº 1, February 2010, pp 73-90. Oxford University Press.

Martín Páez Martínez, “Retórica musical barroca”. Revista Rétor. 2016.

José-Vicente González Valle, “Música y retórica: una nueva trayectoria de la Ars Musica y de la Música práctica” a comienzos del barroco”. Revista de Musicología X, nº 3, 1987.

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Las obras musicales que se toman como referencia para su comparación y estudio son las siguientes:

“Héraclite, Démocrite, Diogène” , canon a tres voces de François Couperin , incluido en una colección manuscrita conservada en la Bibliothèque Royale de Belgique, Bruselas (MS III 1509, Mus., p. 260).

“Héraclite et Démocrite”, cantata para dos voces, dos violines y bajo continuo, de Jean-Baptiste Stuck (llamado Baptistin), con texto de Joseph de Lafont. Publicada en el tercer libro de Cantatas francesas de 1711 por Cristoph Ballard en París.

-Sonata IIII del 6º libro de piezas para violín, titulado “Amusements pour la chambre: sonates à violon seul avec la basse”, de François Duval publicado en Paris en 1718, cuyos dos primeros movimientos son denominados L´Héraclite y Le Démocrite, respectivamente.

“I filosofi”, para dos voces y bajo continuo, más conocido como dúo “A piè d´un verde alloro”, de Giacomo Carissimi, con texto de Domenico Benigni.

“Héraclite et Démocrite”, Nº 39 de los esbozos para piano, perteneciente al Troisième livre de los 48 Esquisses, op. 63 de Charles Valentin Alkan, publicados en París en 1861.

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