La máquina onírica – Divagaciones [Escrituras automáticas IV] – I – Soledad Arcos
![La máquina onírica – Divagaciones [Escrituras automáticas IV] – I – Soledad Arcos](https://cafemontaigne.com/wp-content/uploads/S-14-800x500_c.jpg)
La máquina onírica – Divagaciones [Escrituras automáticas IV] – I
***

***
La máquina onírica – Divagaciones [Escrituras automáticas IV] – I
Ella durmió al calor de las masas
Y yo desperté queriendo soñarla
MÚSICA LIGERA – Soda Stereo
del Agujero
Realmente me hallo desubicada ante la creciente implosión de esta estrella no muerta. Imagino que el agujero negro que me crece es el que te arrastra, el que lo arrastra todo, y me crecen árboles en el hígado y se mueren las palomas en mi cerebro, y no puedo pararlo, estoy con la voracidad de la fase larvaria. Sé que me intuyes más allá de mi sexo, en cada palabra se advierte un anhelo que traspasa el deseo primario. Te sorprende que te lea por dentro, puedo ver el color de tus entrañas y el color de los gusanos de mañana, porque seré seguramente uno de ellos, uno de los que te devoren cuando caigas. Nunca me gustaron los términos medios, ya tuve bastante con este intermedio entre nacer y morir al que llamaron vida, cuanto más humana más extraña. Ahora flores en mi piel se abren a tu paso, sé que puedes olerlas, sé que sabes que son para ti. Algún día te encontraré como perro a mis pies desheredados, algún día me hallarás en tu cuello susurrando mentiras. No sé qué hay más allá de este encierro, solo sé que algo que escuece se expande. Que mis conceptos de bien y mal se alejan de lo cristiano, que mis fronteras se encuentran borrosas y un deseo criminal juega al ajedrez con mi esperanza. Y es curioso, como esta capacidad de ver el final me despierta las ganas de cambiarlo por completo, como si acaso pudiera… Ya no entiendo si todo tiene que ver contigo o hay algo más complejo que se me escapa, o quizá soy yo la que me escapo de mí a través de ti, quizá tú seas mi próxima puerta, tal vez tengas que dejarme pasar dentro. Puede que la resistencia nos haga más exquisitos, tan solo podríamos dejar que pasara, a pecho descubierto comernos el corazón. Y a través de nuestros agujeros descubrir la nada originaria, y correr hacía ella, sin latido, para que el miedo no pueda atraparnos.
*
del Hueso
Ahora mismo estoy en ese habitual punto extraño que es algo así como saliva de hada en la piel. No sé qué sea lo que ahora me compone, solo sé que es tu mirada la que busco desde el centro de mis huesos. Vivo un continuo e incoherente despertar, desde la búsqueda de esta simplificación donde me vuelvo cada vez más inabarcable.
Las musas prostituyen mi tiempo y la carne se adolece, pero hallo en el dolor una respuesta. Todo me contagia, me inunda… Me siento la mayor zorra de este inmenso privilegio, porque cuando todo importa es como si en realidad nada importase. Ir más allá de la parábola, sería decir que la zanahoria que antes perseguía sujeta a mi ronzal es la que ahora me introduzco para mi autocomplacencia. Más allá de la ficción, me gustaría llevarte a alguna parte de la mano y tocarte el corazón, no por similitud con ningún cuento donde las princesas son hijas de harpías, sino por el puro fetiche de rozar el centro de tus metáforas. Me doy cuenta de lo que digo y en cierto modo me espanto, pero sonrío porque vengo de provocar al rey escorpión, sé que puede hacerme pedazos, pero qué diablos…
Si todo, todo lo que nos contaron… No es.
No es. No es. Que no. No es.
Rebelarme contra látigos de siete colas, defenestrar miedos y generar sordera a voluntad ante los que quisieron llamarme por el nombre de mis defectos, a los que me juzgaron por ser de la estirpe de Caín vaticinando mi futuro. Si el único futuro cierto es el de la fosa.
Futuro de fosa, ¿no quieres ver? Como si un recién nacido no fuera un condenado a muerte, como si tener un bolso de Coach impidiera que te contagiaran papiloma. Como si las mujeres no cagaran y los hombres no sollozaran como bebés. Como si las cucarachas respetaran los hoteles de cinco estrellas (…)
***
Soledad Arcos