La máquina onírica – Salvación [Escrituras automáticas XIV] – Soledad Arcos

La máquina onírica – Salvación [Escrituras automáticas XIV] – Soledad Arcos

La máquina onírica – Salvación [Escrituras automáticas XIV]

***

***

La máquina onírica – Salvación [Escrituras automáticas XIV]

«El paraíso no está perdido, tan solo olvidado»

Facundo Cabral

Tu muerte

tu muerte sacudió un precipicio de heridas
interceptó mi ciclo
y arrastró consigo mis flores

ahora intento aferrarme a nuestras últimas palabras
para no ser engullida
por mi peor demonio

pero solo somos

gotas de memoria

*

Tanto tiempo, tú, yo, todos… Buscando una mano, un corazón…
No cualquiera, no los que te vienen por defecto, sino los que te definen, los que le den sentido a esta catarata de incertidumbres.

A veces en ese anhelo nos precipitamos, cogemos conceptos prestados que nos vienen como el traje de otro. Y de pronto ves tu vida proyectarse como un foco largo y frío sobre un túnel oscuro. Ves todo el camino de golpe y por supuesto te topas con el abrupto final.

Eso es
Expiración en línea recta.

Entonces te sobreviene el vértigo.
¿Y ahora qué…?
¿Esto era la vida?

El vértigo
Que traspasa la herida
Hasta hacerse escombros

Y yo siento esa extraña fascinación con Anna, el personaje de “Damage” de Josephine Hart.

Pero el peligro nunca fue Anna, sino la falta de pasión en la vida de Roger Hughes.
La búsqueda extrema por sentirse vivo.

¿Es eso sentirse vivo…?, ¿experimentarse?

Experimentarnos, buscarnos
A través del placer y del dolor
No obviar nada
No obviarse

Pero yo
Me estoy obviando
No quiero sentir dolor

Recuerdo todos los presos liberados
Todos huyendo de mí
Y siento al ángel redentor
Como una puta excavadora
Escarbándome hasta los sótanos más profundos

Como si de repente fuera su terrible venganza
Por haberle robado las llaves y las alas

Antes, al menos, tenía el control de los candados.
Sin embargo, ahora…

Solo celdas vacías.

*

Dime, por favor, dime cuánto me odias. Hasta dónde estarías dispuesta a llegar. Hasta dónde me odias. Dime. Porque si no me odias demasiado, si no eres capaz de odiarme lo suficiente, con la absoluta intensidad que me merezco, es que lo nuestro no tiene futuro.

Llego al culmen del dolor
Ya no puede haber interrupciones
Si miro atrás, soy piedra
Me he vaciado por todas partes
Solo puedo desconectarme

Me estoy obviando
Y siento algo en medio del hueco
Como pequeñas semillas ardiendo
Y yo sin agua

Intento avanzar
Pero estoy parada
Cagada de miedo
Ante ese gran túnel, heredero de todas mis decisiones
Sin más realidades cuánticas que esta paralela infinita
Este embudo vital que es la carne que me atrapa

Y me empuja ante tu tumba

Solo que en ella
pone mi nombre

*

Me mira
Sin duda, me está mirando

Aunque no creo en sus ojos

Me queman las vidas que no fueron mías
Solo puedo ir hacia delante

Un salto sin suelo ni aferre
Solo puede ser cuestión de fe

***

Soledad Arcos



Categories: La máquina onírica

About Author