Pétalos de anhelo – Ono no Komachi y la tradición poética japonesa – III – Virginia Fernández Collado

Pétalos de anhelo – Ono no Komachi y la tradición poética japonesa – III
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Pétalos de anhelo – Ono no Komachi y la tradición poética japonesa – III
Ono no Komachi
Poemas
16
Enviado de forma anónima a un hombre que había pasado frente al biombo de mi habitación
Sora o iku
tsuki no hikari o
kumoi yori
mide ya yami nite
yo wa hatenu beki
¿Debería el mundo del amor
terminar en la oscuridad,
sin percibir
esa brecha de nubes
donde la luz de la luna llena el cielo?
17
Aki no yo mo
na nomi nari keri
ai to ae ba
koto zo to mo naku
ake nuru mono o
La noche de otoño
es larga solo en nombre-
No hemos hecho más
que mirarnos,
y ya amanece [1].
18
Shidoke naki
nuku taregami o
miseji tote
hata kakuretaru
kesa no asagao
Esta mañana
incluso mis encantos de la mañana
se están escondiendo,
no queriendo mostrar
el cabello revuelto por el sueño.
19
Iwa no ue ni
tabine o sure ba
ito samushi
koke no koromo o
ware ni kasanan
Esta posada
en el camino a Iwanoue
es un lugar frío para dormir …
Oh monje,
¿podrías prestarme tu túnica?
La respuesta del monje:
Yo o somuku
koke no koromo wa
Tada hitoe
kasane ba utoshi
iza hutari nen
Aquellos que han renunciado al mundo
usan solo una capa
de tela áspera como musgo,
sin embargo, no ofrecerla sería cruel.
Durmamos juntos.
20
Wasuregusa
wagami ni tsuman to
omoishi o
hito no kokoro ni
ouru nari keri
Pensé en elegir
la flor del olvido
para mí,
pero la encontré
ya creciendo en su corazón.
21
Enviado a un hombre que parecía haber cambiado de opinión
Kokoro kara
ukitaru hune ni
norisomete
hitohi mo nami ni
nurenu hi zo naki
Desde que mi corazón me llevó
a bordo de tu barco a la deriva,
no ha pasado un día
que no me he empapado
en olas frías.
22
Mirume naki
wagami o ura to
shirane ba ya
karenade ama no
ashi tayuku kuru
Los pies cansados del recolector de algas
siguen volviendo a mi orilla.
¿No sabe
que no hay cosecha para él
en esta bahía? [2]
23
Tomo sure ba
ada naru kaze ni
aazanami no
nabiku chô goto
ware nabike to ya
Como una onda
que persigue una pequeña caricia
de la brisa,
¿así es como me quieres
para seguirte?
24
Hana sakite
mi naranu mono wa
wadatsumi no
kazashi ni saseru
oki no shiranami
La ola blanca del arrecife
que sube
a la cabeza del dios del mar
florece
y aún no tiene fruto.
25
Yoso ni koso
mine no shirakumo to
omoishi ni
hutari ga naka ni
haya tachi ni keri
Pensé en esas nubes blancas
que estaban alrededor
de algún pico lejano,
pero ya
se han levantado entre nosotros.
26
Aware nari
wagami no hate ya
asamidori
tsui niwa nobe no
kasumi to omoe ba
Qué triste,
pensar que voy a terminar
tan sola
como la neblina pálida
a la deriva por los campos lejanos.
27
Harusame no
sawa ni huru goto
oto mo naku
hito ni shirarede
nururu sode kana
Silenciosas como la lluvia primaveral
en un pantano,
mis lágrimas
caen sobre mis mangas
inapreciables por él.
28
Katami koso
ima wa ada nare
kore naku ba
wasururu toki mo
ara mashi mono o
Esos regalos que me dejaste
se han convertido en mis enemigos:
sin ellos
podría haber tenido
un momento de olvido.
29
Wagami koso
aranu ka to nomi
tadorarure
tou beki hito ni
wasurareshi yori
Desde que este cuerpo
fue olvidado
por el que prometió venir,
mi único pensamiento es preguntarme
si aún existe.
30
Kasumi tatsu
no o natsukashimi
harukoma no
arete mo kimi ga
miyuru koro kana
Parece que ha llegado el momento
en el que te vuelves como esos caballos
salvajes en primavera
que anhelan campos lejanos
donde se elevan las brumas ligeras.
31
Suma no ama no
ura kogu hune no
kaji o tae
yorube naki mi zo
kanashi kari keru
Tan lamentable como un buzo
lejos en la bahía de Suma
que ha perdido un remo de su barca,
este cuerpo
está sin nadie a quien acudir.
32
Konoma yori
morikuru tsuki no
kage mire ba
kokorozukushi no
aki wa kini keri
Viendo la luz de la luna
derramándose
a través de estos árboles,
mi corazón se llena hasta el borde
con el otoño.
33
Dare o kamo
Matsuchi no yama no
ominaeshi
aki to chigireru
hito zo aru rashi
Oh araña- lirio
que crece en la montaña
llamada Espera,
¿Hay alguien al que tú también
prometiste ver este otoño?
34
Enviado en una carta adjunta a un tallo de arroz con semillas vacías
Akikaze ni
au tanomi koso
kanashi kere
wagami munashiku
narinu to omoe ba
Qué triste espero
para verte incluso ahora,
después de que mi vida se haya vaciado
como este tallo de semillas
en el viento de otoño.
35
A un hombre que parece haber olvidado
Ima wa tote
wagami shigure ni
hurinure ba
koto no ha sae ni
utsuroi ni keri
Ahora que he envejecido
en las lluvias de invierno.
Incluso tus palabras de amor
han cambiado,
hojas cayendo.
36
Yamazato wa
mono no sabishiki
koto koso are
yo no uki yori wa
sumiyo kari keri
Sí, un pueblo de montaña
puede ser solitario…
Sin embargo, vivir aquí es más fácil
que habitar en medio
de las preocupaciones del mundo.
37
Momokusa no
hana no himo toku
aki no no ni
omoitawaren
hito na togame so
Si en un campo otoñal
cien flores
pueden desatar sus pétalos,
¿no puedo también jugar abiertamente,
sin miedo a la culpa?
38
Mono o koso
iwane no matsu mo
omou rame
chiyo huru sue mo
katabuki ni keri
El pino junto a la roca
debe tener sus recuerdos también:
después de mil años,
mira cómo sus ramas
se inclinan hacia el suelo.
39
Ogurayama
kieshi tomoshi no
koe mo gana
shika narawazu ba
yasuku nena nashi
Los faroles de los cazadores
en el monte Ogura se han ido,
los ciervos están llamando a sus compañeros …
¿Con qué facilidad podría dormir
si no compartiera sus miedos?
40
Cuando Funya no Yasuhide fue nombrado gobernador de Mikuwa, me escribió preguntando si me gustaría visitar su distrito. Respondí:
Wabinure ba
mi o ukikusa no
ne o taete
sasou mizu ara ba
inan to zo omou
Este cuerpo
frágil, etéreo,
como una caña que es cortada de sus raíces…
Si una corriente me preguntara
que la siguiera, iría, creo [3].
41
Hana no iro wa
utsuri ni keri na
itazura ni
wagami yo ni huru
nagame seshi ma ni
Mientras observo
las largas lluvias cayendo sobre este mundo
mi corazón también se desvanece
con el color invisible
de las flores de primavera [4].
*
*
42
Iro miede
utsurou mono wa
yo no naka no
hito no kokoro no
hana ni zo ari keku
Qué inapreciablemente
cambia de color
en este mundo,
la flor
del corazón humano [5].
43
Aru wa naku
naki wa kazu sou
yo no naka ni
aware izure no
hi made nagekan
En este mundo
los vivos van disminuyendo
mientras que los muertos aumentan
¿Cuánto más debo yo
llevar este cuerpo dolorido?
44
Yamazato no
aretaru yado o
terashi tsutsu
ikuyo henu ran
aki no tsukikage
Esta casa abandonada
reluciendo
en el pueblo de montaña,
¿cuántas noches
ha pasado aquí la luna de otoño?
*
Además de estos poemas incluidos, en su versión inglesa, en The Ink Dark Moon, he encontrado estos otros dos poemas de Komachi [6]:
No soy un guía
del pueblo donde
el pescador vive,
entonces ¿por qué repite
“Muéstrame la bahía”? [7]
*
Fríos vientos de otoño
dispersando en el campo
las espigas restantes,
me dicen que tampoco
será ya cosechada. [8]
***
Virginia Fernández Collado
_____________________________
Bibliografía
Carlo Antonio Castro y Norimitsu Tsubura (Selección, transliteración y traducción), Flor de antigua poesía japonesa. Kokinsyû (S.X), 1983
Carlos Rubio (Selección, traducción e introducción), Konkinshuu, Colección de poemas japoneses antiguos y modernos, (El canon del clasicismo), Hiperión, Madrid, 2005.
Édgar Trevizo (Selección y versiones), Hay quienes transitan el sendero del amor, poemas Ono no Komachi e Izumi Shikibu, Prólogo de Juan Cristóbal Pérez Paredes, ed. Medusa, México, febrero 2021.
Escobar Holgún, Rodrigo, “Ono no Komachi. Una poeta de los comienzos literarios de Japón”, Revista de poesía Clave, 2-3 (agosto 2004).
Hyakunin isshu, Cien poetas, cien poemas., ed. De J.M Bermejo y T. Herrero, Hiperión, Madrid, 2004.
Irene Starace, artículo “Interpretaciones de Ono no Komachi”, Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental, 2012
Izumi Shikibu, El diario de la dama Izumi. Satori, Gijón, 2017.
Jane Hirshfiled and Mariko Aratani (traductores), The Ink Dark Moon. Love poems by Ono no Komachi and Izumi Shikibu. Women of the Ancient Court of Japan. Translated by Jane Hirshfiled with Mariko Aratani. First Vintage Classics Edition, October 1990.
Li Qingzhao Poesía completa (60 poemas ci para cantar). Ediciones del Oriente y del Mediterráneo. Madrid, 2010.
Li Qingzhao, Jade Puro, editorial Hiperión, Madrid, 2014.
Murasaki Shikibu, La historia de Genji. Atalanta, Girona, 2006.
Murasaki Shikibu, La historia de Genji II. Atalanta, Girona, 2006.
Sei Shonagon, El libro de la almohada. Alianza editorial, Madrid, 2015;
Sei Shonagon, El libro de la almohada. Adriana Hidalgo editora, Córdoba (Buenos Aires), 2003.
Shinchoo Nihon Koten Shuu-sei, Shinchoosta (compiladores), Kokinshuu Wakashuu, Tokio, ed. 1978, undécima reimpresión de 2002.
Torquil Duthie (traducción del japonés y edición), Poesía clásica japonesa, Trotta, Madrid, 2008.
Yoshida Kenko, Tsurezuregusa. Ocurrencias de un ocioso. Kenko Yoshida. Hiperión, Madrid, 1986.
Yoshida Kenkô, Pensamientos al vuelo., Errata naturae, Madrid, 2019.
Yoshida Kenko, (Urabe Kenko), Les heures oisives, Gallimard /Unesco. 1968.
*
Notas
[1] En Poesía clásica japonesa (2008), pág. 115, tenemos esta versión:
Las noches de otoño
son largas solo en nombre:
nada más encontrarnos
sin apenas cruzar palabra
llegó el amanecer.
Y en Kokinshuu, (2005), pág. 207:
Sólo de nombre
larga, oh noche de otoño,
más que la aurora
amable, cuando llega
al lado del amado.
[2] De este poema se puede ver otra traducción en el artículo “Interpretaciones de Ono no Komachi”, de Irene Starace. Revista Iberoamericana de Estudios de Asia Oriental (2012). En pág. 87, aparece traducido así:
No hay algas para recoger
en la bahía del rencor
¿el pescador no lo sabe?
Pero viene sin cesar
con las piernas cansadas.
[3] En Kokinshuu (2005), aparecen dos versiones de este poema, pág. 100, en la parte correspondiente al prólogo de Ki no Tsurayuki:
Tan triste y sola:
como un alga flotante
sin raíz ni arrimo
a merced de corrientes
que me arrastren y lleven.
y en la pág. 235:
Triste y sola
como algas sin raíces
sin rumbo floto.
corriente que me llame,
yo bien la seguiría.
[4] En Poesía clásica japonesa (2008), pág. 59, tenemos esta versión:
El color de las flores
ya pasó en vano
mientras mi cuerpo
pasaba por este mundo
mirando las largas lluvias.
En Kokinshuu (2005), pág. 125, se traduce así:
Ya desmayados
los tonos de las flores,
ojos perdidos
en largas lluvias y huidos
días, yo languidezco.
A su vez, en Cien poetas, cien poemas. Hyakunin isshu, ed. De J. M. Bermejo y Teresa Herrero, Madrid, Hiperión, 2004, pág. 51:
El color de las flores
se va desvaneciendo:
así pasa mi vida, vanamente,
envuelta en tristes pensamientos,
viendo caer las largas lluvias.
[5] En Poesía clásica japonesa (2008), pág. 128, se puede leer:
Sin mostrar su color
lo que va cambiando
en este mundo
ahora sé que es la flor
del corazón de la gente.
En Kokinshuu, (2005), pág. 100, en la parte correspondiente al prólogo de Ki no Tsurayuki. tenemos:
Descolorida
por dentro y no por fuera,
tal es la flor
del corazón humano
en el mundo ilusorio.
[6] Al finalizar este trabajo, tuve el conocimiento de la publicación de Hay quienes transitan el sendero del amor, poemas de Ono no Komachi e Izumi Shikibu, selección y versiones de Édgar Trevizo. Prólogo de Juan Cristóbal Pérez Paredes, ed. Medusa, México, febrero 2021, en el que aparecen 29 poemas de Komachi traducidos también al castellano a partir de la versión inglesa de Jane Hirshfield y Mariko Aratani.
[7] Irene Starace, Op. cit., pág. 88.
[8] Escobar Holgun, Rodrigo, “Ono no Komachi. Una poeta de los comienzos literarios de Japón”, en Revista de poesía Clave, 2-3 (agosto 2004).
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