Río que vuelve [Caracola antigua] – II – Poemas de Juan Malpartida
***

***
Río que vuelve
Caracola antigua
II. OTRA EDAD
La noche me rodea. Tú no has llegado aún,
y busco entre palabras
la caracola antigua, un cuarto perdido
de una ciudad inexistente,
callejero real, sin embargo, en las orillas
de este instante.
Hay un niño petrificado al pie de una higuera,
las sombras de los pájaros
recorriendo las arenas húmedas del invierno,
la adolescencia fija y sus incendios,
y un puñado de libros cuya historia
no acaba de decirse.
Alguien llama a la puerta,
pero no hay nadie, sólo el viento que vuelve.
Su obscura perseverancia
es mi paciencia hecha de inquietud,
dispuesto a escuchar la agitación de la hierba,
los ecos de olvidadas conversaciones,
escritura de grietas
y rostros que al llegar se alejan.
No es paciencia, sino constancia,
inclinación del alma sobre el tiempo,
como un árbol atraído, en su quietud,
por la vasta superficie de la tierra.
*
*

*
*
III PASOS
Caminata sin fin de la memoria,
raíces que buscan la oscuridad
mientras las hojas se extienden a la luz.
Los pasos te alejaban,
Madrid, París, Brasil, el desierto de Sonora,
sostenidos apenas en el aire
por un impulso que hallaba en los pasos mismos
la huella inalterable del deseo;
la reinvención de la amistad y su sacrificio,
ritual de antiguos guerreros
a la búsqueda de una palabra intacta;
pero la palabra se desdoblaba en otra,
te citaba en calles sin salida,
disfrazada de presencias siniestras:
nunca estaba ahí, nunca acudía para quedarse;
forjada de mi propia carne,
hacía de mí imagen intangible,
inconstancia y extravío de los signos
y un grito en mitad de la noche.
Nunca serás del todo, siempre un paso.
*
*

*
*
VIII. SEMILLA DE NAUFRAGIO
Pasan los días, los años, el viento.
Quise ir más lejos, la oscura promesa de la consecución,
que es permanencia;
pero el único fin es el instante, o la muerte, madre de la forma.
La fugacidad solo permanece;
la semilla de los naufragios, ¿renacerá en la sombra?
En su espiral de resonancias, la caracola
dice siempre lo mismo que es diverso,
noria espirada, materia del sueño,
vértigo de lo otro en la larga errancia del deseo.
Pasan los ríos, los puentes y la memoria.
Busqué desde el principio un rostro sin reverso, sin saberlo.
Pero ¿todo es historia, cuento, biografía?
A veces, sin buscarla, era la presencia:
tu mirada inocente aquella noche
que no pasaba nunca mientras avanzaban las horas.
Ahora, para saber de ti me he sentado en este margen.
La brea y el salitre de la mañana calafatean mi quilla,
pero sólo soy real por mis fragmentos.
Hay proporción, amar no fue espejismo,
y la marea resuena en mis huesos
atados al rosario de preguntas sin respuestas.
También es caracola la ciudad:
no es el cosmos, pero tiene el tamaño de mi desvarío.
Hay calles sin salida,
como tu frente, pétrea construcción
contra mis desvalidos argumentos.
Forjaste con el viento de la historia,
farallones contra el mar compartido,
niña secreta en la retina, regidora y esclava,
leona y presa a un tiempo. También fuiste
el manantial secreto de la noche,
la verdad más cierta, la que no tiene nombre.
Camino entre reflejos y escombros de palabras.
La noche como una campana vegetal,
rota al alba, los huesos triturados
en los círculos pétreos del insomnio.
¿Todo es eco? No, tú eres real, pero la realidad,
mi ángel, mi daimón, mi mar, es inconstante.
Sólo la caracola, su antigua resonancia del presente,
nos salva de la recta y del olvido.
[de Río que vuelve]
***
Juan Malpartida
__________________
Nota
Juan Malpartida. Río que vuelve. Editorial Pre – Textos, Valencia, 2020. ISBN: 978-8418178078 .
About Author
Related Articles
![Una rosa de catorce pétalos – El amor en un soneto – II / Nueve rimas [y un soneto escondido] de tres poetisas italianas del Renacimiento: Vittoria Colonna, Chiara Matraini y Gaspara Stampa – Marcela Calembour](https://cafemontaigne.com/wp-content/uploads/Giorgone-Concerto-campestre-248x165_c.jpg)