Una noche de ensueño – Jasone Añua [Primera Antología breve de cuentos y relatos breves «Jinetes en la tormenta»]

Una noche de ensueño – Jasone Añua [Primera Antología breve de cuentos y relatos breves «Jinetes en la tormenta»]

El habitante del Otoño – Número especial

Primera Antología breve de cuentos y relatos breves «Jinetes en la tormenta»

 

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Una noche de ensueño 

Después de un día duro de trabajo, caminaba por la calle 7, entre la segunda y tercera avenida de Nueva York, cansada, deseosa de llegar a casa, quitarme los tacones y tumbarme un rato.

Pero algo me entretuvo. De fondo, dulce, sigilosa, escuché una música muy agradable, pero no veía de donde procedía, así que decidí investigar un poco.

Seguí caminando con la esperanza de encontrar su origen, y de pronto, medio escondido vi un balcón a ras de suelo. Dispuesta a averiguarlo todo, me asomé.

Desde él se podía apreciar un club de jazz. Abajo, se abrió ante mí un increíble lugar. Un antiguo teatro que había mantenido toda la estética exceptuando el patio de butacas. En su lugar, había unas mesitas de madera con sus velitas correspondientes. El ambigú seguía funcionando y por supuesto los palcos estaban reservados para gente importante.

Sobre el escenario, una banda que sonaba a las mil maravillas. Me vi envuelta en un sentimiento de paz y relajación mientras observaba plácidamente el ambiente y la gente del lugar. De pronto vi una cara conocida entre el público. Un hombre amable por lo que decían, que desde luego tocaba como los ángeles y que a mí me gustaba mucho. Ya era imposible que mis pies se movieran de ese precioso lugar, así que me acomodé en el balcón intentando no hacer ruido ya que estaba de espía.

Terminó el tema que estaban tocando y empezaron con A Night in Tunisia. Mientras lo interpretaban, la luz se hizo poco a poco más tenue y del lateral derecho del escenario salió un hombre con un cojín rojo y sobre él la trompeta de Dizzy Gillespie. Al terminar el tema, preguntó:

“Por favor Sr. Gillespie, ¿podría hacernos el honor de tocar esta noche para inaugurar este club en el que hemos puesto tanto cariño y esperanzas?”

 

 

Dizzy, encantador como era, no lo dudó un momento y agarró su trompeta.

Tras unos minutos de aplausos, se abrió de nuevo el telón y apareció su cuarteto, ante lo cual se le dibujó una sonrisa picarona y un deseo irrefrenable de subir al escenario, haciendo las delicias de los que allí estábamos.

Viví un concierto de ensueño, tan de ensueño que con los aplausos y ovaciones finales, desperté. Estaba en mi casa, en mi cama habiendo vivido un momento inolvidable gracias a mi imaginación.

 

 

[A Night in Tunisia – Dizzy Gillespie [Cannes – 17-7-1958]

 

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Jasone Añua