«Bruna», de Beatriz Russo – El universo de una mujer – Una reseña de Pedro Garcia Cueto

Bruna, de Beatriz Russo – El universo de una mujer
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Bruna, de Beatriz Russo – El universo de una mujer
Beatriz Russo había demostrado ya largamente su gran talento en la poesía. Su último libro, La llama inversa, editado por Huerga y Fierro demuestra su mirada honda hacia la vida, ese afán de encontrar en lo diverso una forma de ver el mundo.
La poeta no se había adentrado en la narrativa, hasta la llegada de Bruna, editado por Lince Ediciones, sello de Malpaso & Cía, que es el retrato de una mujer que sufre la sensación de hallarse sola e incomprendida ante el mundo. Con la portada que refleja una mujer con gafas y un moño, con colores llamativos (creada por Eugenia Champalanne), Bruna es un acercamiento a una mujer actual que ve series de televisión, que se encuentra desubicada en el mundo y que tiene extrañas aventuras sexuales como si fueran un aliento en sus altibajos vitales.
El mayor logro de la novela es el ritmo en una prosa rica, que nunca pierde tensión y donde Beatriz Russo mira en el espejo de una mujer que se halla sola y desprotegida ante la vida:
“Sola, completamente sola. Salsa agridulce para un rollito grasiento de primavera. “Ojalá fuera primavera” piensa. Si al menos fuera primavera tendría una excusa para no detestar tanto el verano. Aunque tal y como se encuentra ahora seguro que odiaría también la primavera”.
Bruna no entiende el mundo y su mayor pasión es ver televisión y no hacer nada, pero se encuentra con las llamadas de un vicioso por teléfono, a la vez que va descubriendo que en la vida se producen situaciones más insólitas que en los sueños. Como la define Beatriz Russo al decir que hay “un incendio interior en Bruna”.
No elude la novela el mundo secreto de los seres humanos, los deseos inconfesables de hombres que les gustaría ser infieles o lo son con prostitutas o las mujeres que sueñan con encuentros sexuales con desconocidos, como le ocurre a la protagonista en la sauna. Realmente la novela tiene la virtud de ir construyendo un paisaje donde una mujer perdida va encontrando resquicios en sus aventuras, en el mundo de las redes sociales o en un posible novio que no llega a fructificar. Todo ello es un pretexto para el verdadero sentido de la novela: plantear a una mujer en una sociedad aún machista y que no ha encontrado su lugar convencional en el mundo. Sin estar casada, al estar sola y con conflictos interiores su mundo es visto como si se abriera una puerta a propasar la intimidad, un pensamiento de hombres que creen ver a la mujer como accesible siempre.
No elude tampoco la novela una prosa poética y cuidada, fruto de la labor de una poeta que ahora como narradora explora ese otro universo de los hechos de una mujer en su “ruleta rusa existencial”:
“Ojalá su cerebro tuviera pestañas y pudiera cerrar los párpados del recuerdo, como una persiana en una casa abandonada junto al mar, oxidándose de olvido”.
Aunque haya escenas eróticas en la novela, lo que prevalece es siempre el deseo de entender al personaje, de ver su autenticidad. Lo consigue Beatriz Russo porque en ella podemos identificarnos hombres o mujeres que hemos sentido la soledad, el desarraigo, la aspereza del mundo real.
Incluso las relaciones con Carlos, el posible novio, entran de lleno en lo que resulta al final la pareja en muchas ocasiones: mundos opuestos que luchan para no entrar en la rutina y en el desencuentro:
“Carlos se quedó pensando en qué diablos podría estar ocurriéndole a Bruna. Llevaba unos días muy extraños, todo le molestaba, nada le parecía bien”.
El logro de la novela es tocar el universo de lo real, pero también dejar una puerta a los sueños, porque el ser humano a veces vive demasiado apegado a lo convencional y en el mundo oscuro de la protagonista abre una puerta a ese espacio de desahogo, de vivir plenamente el instante, de sentirse real por una sola vez en la vida.
Beatriz Russo ha plasmado en la novela lo que muchos pueden sentir y en su personaje, con ese aire cinematográfico que prevalece como si cada párrafo pudiera ser llevado a la pantalla, un universo de conflictos que solo puede resolver la persona que los padece.
Bruna abre así un futuro brillante en una narradora que sabe jugar con la ironía y el humor y que hace de esta novela una lectura compulsiva con ritmo y con espacios para sonreír y para dejar que nuestras fantasías se realicen, tan necesario para seguir viviendo. Todo un logro de esta escritora madrileña de aguda mirada hacia la vida.
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Pedro García Cueto
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Nota
Beatriz Russo. Bruna. Malpaso Ediciones, Barcelona, 2021. ISBN: 978-8418546105.