Katanas – David Martínez de Antón

Katanas – David Martínez de Antón

Katanas

***

***

Katanas

Me pregunto sobre qué debería escribir, cuando no pasa absolutamente nada ni puedo pensar en otra cosa que no sea la caótica situación actual. Quiero saber, entonces, cómo han hecho los escritores para abstraerse de las cosas que sucedían a su alrededor y recuerdo que según Steiner el intelectual siempre vive en crisis, lamentándose de un pasado inexistente e invariablemente inalcanzable. Pero yo no soy un intelectual, y estos tiempos sí me parecen críticos.

No pasa ningún coche en la calle. Hace semanas que los nietos de los vecinos de arriba no saltan sobre la cama, ni gritan, ni se persiguen por los pasillos. En la terraza se acumulan las bolsas de basura. Los horarios se han despedazado. Solo hay una cita fija: salir a aplaudir, con mascarilla, por la ventana de la habitación. Entonces pueden contemplarse con envidia los paseos aletargados de los gatos callejeros que mendigan comida durante veinte minutos, hasta que la vecina de al lado se apiada y les lanza pedazos de salchichas, cada vez menos generosos.

Y después la nada inoperante: música, libros, tareas acumuladas, perseguir las horas de sueño en la duermevela que es la vida de estos días. Pero recibes un whatsapp de un tipo que ha salido a la calle con dos katanas y se ha puesto a provocar a la policía y te da por pensar: qué lleva a un tipo con evidente sobrepeso a salir a la calle con dos katanas sin camiseta, para provocar a la policía, cuando tiene claramente todas las de perder. Tampoco parece querer nada en especial: en el video solo se le ve increpando a la policía: “¡Hijos de puta! ¡Venid aquí si tenéis cojones!” Y poco más. Y la policía acaba yendo: le atropellan entre una lechera y un coche patrulla y el tipo queda, pues, inutilizado y sangrando. Pero tiene que haber una historia detrás. Un algo que le dé sentido.

Entonces miras en la pared del despacho y recuerdas que tienes una navaja albaceteña de tamaño descomunal, como las patillas de Curro Jiménez. Y tienes una espada, sin filo, réplica inexacta de la claymore de William Wallace en Brave Heart. Y te dices: por qué no salir a la calle con mi claymore y mi navaja. Y recuerdas una cita de André Breton, tantas veces leída: el acto surrealista supremo consistiría en salir a la calle y disparar al azar a los transeúntes. Con una pistola, se entiende. O algo así. Pero tú no tienes pistola: tienes una claymore sin filo y una navaja grande. Además, sabes perfectamente cómo ha acabado el tipo de las katanas. Y no hay transeúntes a los que disparar al azar para complacer a Breton porque estamos en estado de excepción o de alarma, y no hay transeúntes. Por supuesto, está el inconveniente insuperable de no tener pistola. Pero el asunto te obsesiona.

¿Qué diablos lleva a un tipo aparentemente normal a salir a la calle con dos katanas? ¿Qué desesperación o inconsciencia? Porque lo que te interesa es comprender. Por eso, a medio camino entre el sueño y la vigilia, te vistes. Esta vez sí, con camiseta. Y descuelgas la claymore de la pared y notas su tacto frío y de algún modo nauseabundo. Pero el peso del arma te hace sentir extrañamente poderoso. Invulnerable. Y buscas la navaja de Albacete y la abres y, remedando cierta escena cinematográfica, juegas a afeitarte frente al espejo. Solo logras cortarte aparatosamente en la mejilla. Y la sangre brota, roja y fresca, viva. De fondo suena Fortunate Son y sabes que no eres un privilegiado, joder, no lo eres y tus hijos tampoco lo serán, hostia. Y te enfureces contigo y con el mundo que has visto al crecer y comienzas a comprender algo mejor que un tipo sin camiseta y evidente sobrepeso coja dos katanas y salga a la calle a provocar a la policía. Casi como si se diera muerte a una monja con un golpe de oreja o se fuera por las calles dando gritos con un cuchillo verde, hasta morir de frío. Qué más da que la claymore sea falsa y la navaja de Albacete, te dices.

Y abres la puerta, joder, cuarenta días después de la última vez.

***

David Martínez de Antón

About Author