Nada – [El habitante del Otoño – Cuarta antología de cuentos y relatos breves – XVIII]

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Nada

Si insoportable es la fragilidad del ser, más doloroso aún es el dolor de la nada. Deseo oceánico de no ser, deseo terrible de no dejar ser, que arranca esquirlas en sus embates constantes contra las costas del ser. Si absurdo es el absurdo del ser, más angustiosa es la negativa negación de la nada. Más angustiosa aún es la inmensidad de su soledad. La desdicha de su monólogo destructor que devora las entrañas del Prometeo de mil rostros que dicen, dicen y no callan. Que de mil maneras afirman lo que hay y que lo hay. ¿No hay, acaso, en el silencio de su palabra imposible, en su mirada vuelta del revés… un rostro, un ansia, una sombra que sea de algo?, ¿no hay, en su gesto seco y humilde, en su voracidad limpia, noble… en su olvido repleto de ausencias… un nombre, una tristeza, un esbozo, un adiós, una llamada…?

Qué doloroso el dolor profundo, insondable, de la nada. Qué condena sin medida. Qué abismo si eco, sin distancia, sin nostalgia de la voz.

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Francesco Guardavalle

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Nota

Traducción del texto original en italiano a cargo del Editor de Café Montaigne