Un encuentro – Estrella del Mar Carrillo Blanco [Primera Antología breve de cuentos y relatos breves «Jinetes en la tormenta»]

Un encuentro – Estrella del Mar Carrillo Blanco [Primera Antología breve de cuentos y relatos breves «Jinetes en la tormenta»]

El habitante del Otoño – Número especial

Primera Antología breve de cuentos y relatos breves «Jinetes en la tormenta»

 

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Egon Schiele – Herbstsonne und Bäume [1912 – Private Collection]

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Un encuentro

Él trabajaba como comercial  en una empresa inmobiliaria. Todas las mañanas corría a coger el autobús en la primera parada de la terminal. Lo hacía presuroso, alegre, con la convicción de que la jornada le iba a deparar algo extraordinario y de que, de algún modo y durante unas  horas, olvidaría su soledad.

Ella, masajista de profesión, solía guardar la fila en la tercera parada del bus. Mientras esquivaba los empujones de la gente que se agolpaba para subir rápidamente, ella intentaba  coger la barra central con el fin de guardar el equilibrio.

Aquella mañana, la fortuna o el azar, hizo que los dos encontrasen asiento el uno junto al otro. No se miraron pero un ligero aroma, un perfume que recordaba la infancia, penetró por todos los sentidos de él. Cuando llegaron a la población más cercana, ella, que había estado jugando con el teléfono móvil durante todo el trayecto, hurgó en su bolso y se levantó presurosa intentando alcanzar la puerta de salida. No se percató de que, tras abandonar su butaca, un fino pañuelo de puntilla blanca había quedado caído allí mismo. Cuando se bajó, él se abalanzó sobre el objeto como si alguien lo fuese a robar. Una vez lo tuvo entre sus manos, lo acercó a su rostro y volvió a percibir ese aroma a infancia, ese perfume cálido que tanto le había impresionado.

Pasaron varios días, y ella no apareció por la parada del bus. Él guardaba el pañuelo como si de un tesoro se tratase. Hasta que una mañana, y sin que ya no esperase nada, la masajista ascendió por el transporte público y volvió a sentarse junto a él. Esta vez la saludó y, con el pretexto de devolverle la preciada prenda, se atrevió a preguntarle por su ausencia durante aquellos días. Así, se enteró de que había estado enferma con una gripe que la había sujetado a la cama, que tenía un hijo de 6 años y que estaba separada.

Él, embriagado, volvió a percibir el aroma de la infancia y, poco a poco, sin que fuese capaz de decírselo a sí mismo sintió que, a partir de ese momento, ya nunca más volvería a recordar su soledad.

 

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Estrella del Mar Carrillo Blanco