Vida de ermitaño, de Mario Pérez Antolín [Reseña]
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Vida de ermitaño, de Mario Pérez Antolín
La novela cuenta la vida de un ermitaño en 37 capítulos breves. Emplea diferentes subgéneros y técnicas. Prioriza los aspectos formales, pues un personaje atemporal, como el que protagoniza este texto, obliga a pasar premeditadamente de lo arcaizante a lo contemporáneo sin solución de continuidad.
El ámbito geográfico es marcadamente rural. El planteamiento general de la obra tiende hacia lo fronterizo porque se intercalan, durante todo el desarrollo, la realidad y la fantasía, la acción y la reflexión, la poesía y la aventura. No faltan, en algunos capítulos, el humor y la ironía.
Es una novela que destaca por la creatividad del lenguaje. Tiene un estilo experimental, poético y meticuloso; combina humor, fantasía, introspección, aventura y crítica social; trata sobre la imposible soledad de un ermitaño en un tiempo indefinido y en un lugar indeterminado. El hombre frente al mundo, asumiendo sus defectos y sus virtudes: el destino trágico, cómico o heroico de la existencia.
Como un Quijote exiliado, la nobleza de las causas del protagonista y la pureza de su pensamiento chocan con las oscuridades del ser humano social, entresacadas por contraste hasta dejarlas desnudas al aire.
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Javier Campelo
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