Claudio Magris habla consigo mientras vuelve sobre los pasos andados – Un poema de Sebastián Gámez Millán

Claudio Magris habla consigo mientras vuelve sobre los pasos andados [Poema]
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Claudio Magris habla consigo mientras vuelve sobre los pasos andados
¿Por qué será que no puedo dejar de regresar a estos lugares?
¿Qué extraño poder me ata a ellos?
¿Qué música cautiva me embauca a volver?
En el mar de Barcola, a las afueras de Trieste,
a mi edad, más bien impropia,
entre la primavera y el otoño,
todavía hoy, después de tantos años,
me sigo lanzando al agua:
¿me sigues viendo tú, madre?
No me importa el frío
con tal de seguir escuchándote reír
desde la orilla,
y luego implorarme: “¡cuidado, no te alejes!”
Y cómo habría de alejarme, madre,
si, en cierto modo, nunca he salido de este mar
al que solía venir de niño contigo.
Pero ahora no es solo Barcola el espacio que me reclama,
es el mar de Trieste y el de Istria,
el de Cherso y el de Salvore,
el de Rovigno y el de Miholasciva:
son los lugares que recorría contigo, Marisa,
¿recuerdas cuando los estábamos descubriendo?
Para descubrir algo hay que estar enamorado,
de lo contrario se mira sin apenas llegar a ver.
Y yo lo estaba
y, en tu ausencia, lo seguiré estando por siempre.
Cómo iba a poder imaginar entonces
que algún día tendría que recorrerlos solo,
y aunque sea dolorosa la condena,
a veces hasta desgarradora,
no deja de ser agridulce,
porque, en realidad, me sigues acompañando.
Estos lugares son ya inseparables del amor que me poseyó
atravesándolos una y otra tarde,
nadie consigue mirarlo tal como yo lo miro,
nadie se demora con ese pasmo de maravilla:
el secreto es que aquí aprendí a amar y a ser amado.
No os sorprenderá, pues, que para mí sean lugares sagrados
donde regreso cada cierto tiempo,
como algunos regresan a los cementerios con flores:
¿Pero a quién buscas aquí, Claudio?
¿Es a ti, madre, a quien busco?
¿Es a ti, Marisa, a quien busco ahora?
¿O es a mí a quien busco y no encuentro,
al que se perdió para siempre en vosotras,
al niño y, más tarde, al hombre?
Quizás por eso vuelves,
fiel a la cita,
a estos paisajes de tu vida,
a reencontrarte contigo mismo.
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Sebastián Gámez Millán