No pasó un ángel [Poemas] – Dolores Alcántara Madrid

No pasó un ángel [Poemas] – Dolores Alcántara Madrid

No pasó un ángel [Poemas]

 

***

 

I

 

Tu piel será manto de cielo azul infinito

y tus brazos

serpientes de cascabel navegando por mi cuerpo.

 

Tu olor será reposo eterno hasta lo hondo

y tu voz

trompeta de arcángel triunfador devolviéndome a la tierra.

 

Qué será entonces tu mirada

(un grave sentir,

una alegría incierta,

un sombrío abandono)

para que solo siendo me retenga.

 

Y qué será de mi, amor,

si entre la bruma queda ni una caricia te desvela,

si analfabeta de signos no descifro tu presencia,

si el tiempo recorrido de tu hogar me aleja.

 

II

 

Amor,

cuándo vendrás

a gritarme en voz baja

tu silencio de hierba y caramelo.

 

Cuándo aparecerás

habiendo roto la gris efigie

que te encarcela.

 

De cuerpo gastado y alma honda,

cuando llegarás

fiero en tu rabia de ser

una luz que se apaga.

 

Cuándo reclamarás

con gesto torpe y abierto

brazos que sean mis brazos.

 

Será cuando, quizás,

para siempre y no más

solo haya entre tú y yo

un libro repleto de ensueños.

 

III

 

Al escribir te sé dormido

o pensativo y despierto.

Como estés quiero ahondarte

y abandonarte al hacerlo.

 

IV

 

¿Quién, si dejara de clamar contra sus puertas,

acudiría a cerrar

el abismo tendido entre mis piernas?

 

¿Quién, si rescatara de su tumba las palabras muertas,

se dejaría morir

entre abrazos de madreselva?

 

¿Y quién, si desgarrara las fauces de mi fiera eterna,

asistiría al sollozo final

de la vida que se rebela?

 

Soledades frías

hacia la eternidad que me sobrevuela.

 

V

 

Han partido ya las naves

que se llevan mis penas

y mi vacío no cede, pero no pesa.

 

Vuelta a casa, el asalto:

los cálidos abrazos de un furtivo.

 

Un descanso, un alto en el camino, un sueño:

“No vuelvas. Ve a la casa nueva”.

 

VI

 

Quiero transcurrirte anciana mientras duermes

Guardarte pálida en la niebla

Respirarte azul la fiebre

y enfriarte el vientre con arena seca.

 

La calma por venir prometes

y atormentas

cuando de entre tus canas cae la hierba.

 

Me susurras con parsimonia tu sentencia:

que el amor te dé amor y si no, se pierda.

Aprender de ti es doloroso.

 

Sálvame o sepúltame contigo

lejos del mar,

entre las piedras.

 

 

***

Dolores Alcántara Madrid

 

 

 

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